Sufismo

 Me gustaría inaugurar esta página con una enseñanza de un mistico sufí, llamado Bayazid Bistami , que podríamos asociar con la superación personal y que podríamos resumir así. "Cambiar yo, para que cambie el mundo..."


El relato dice así: «De joven yo era revolucionario y mi oración consistía en decir a Dios: "Señor dame fuerza para cambiar el mundo". A medida que fui haciéndome adulto y caí en la cuenta que me había pasado media vida sin haber logrado cambiar a una sola alma, transformé mi oración y comencé a decir: "Señor, dame la gracia de transformar a cuantos entran en contacto conmigo. Aunque sólo sea a mi familia y a mis amigos. Con eso me doy por satisfecho". Ahora que soy viejo y tengo los días contados, he empezado a comprender lo estúpido que yo he sido. Mi única oración, ahora, es la siguiente: "Señor, dame la gracia de cambiarme a mí mismo". Si yo hubiera orado de este modo desde el principio, no habría malgastado mi vida».  

Dios es un círculo  cuyo  centro está  en  todas  partes, pero cuya circunferencia no está en ninguna. Es el  símbolo de la totalidad  por excelencia.



Fragmentos de una entrevista a Abdul Karim Baudino

-¿Dónde está Dios?
Si preguntas, dónde está Dios, te digo de entrada que estás queriendo reducir a Dios a una dimensión material, porque el espacio cuadra lo físico y Dios está más allá de los cuerpos. Pero si insistes en formular la pregunta, te digo de plano que Dios no está en ningún lugar, porque no está en el plano material –aunque lo permea -.
Más allá de las preguntas el punto central es este: cada uno de nosotros siente que es alguien, cada uno de nosotros tiene una sensación de sí a través de la cual filtra todo lo que le sucede. Bueno, Dios está dentro de esa sensación de sí. Si pudiéramos entrar profundo allí, aparecería. Dios está dentro de lo que cada uno siente que es.
-Pero ¿por qué no lo sentimos?
Porque lo que sentimos que somos es muy superficial y está completamente distorsionado. Porque sentimos que somos algo que en realidad no somos. Porque creemos ser alguien que en realidad no existe. Y si logramos adelgazar la densa capa de sustancia emocional egoísta que encierra a la verdadera identidad, aparecerá un nuevo estado de ser que tornará traslúcido al Dios dentro.
-¿Cuál es el origen del Eneagrama?. Algunos dicen que se origina en Babilonia hace más de 2000 años.
Si vemos una casa y te pregunto por su antigüedad, ¿qué me dirías?, ¿de cuándo data?. ¿De cuando se puso el primer ladrillo o cuando se hicieron los planos o cuando se gestó la idea de hacer la casa en la mente del arquitecto?
El Eneagrama es el plano del diseño divino del ser humano. Lo especial es que es una maqueta material del infinito inmaterial de Allah. Un micro prototipo espiritual del Hiper Espíritu. El tema delicado aquí es que lo representado es nada menos que el Ser de Dios, trasmitido por el propio Dios. Donde se ponen en coordenadas materiales las leyes que rigen el invisible espiritual.
Por eso, preguntar por el origen histórico del símbolo, parte de una incomprensión. Porque el mismo tiempo fue creado por las leyes que gobiernan el símbolo. El propio tiempo es posterior al símbolo.
Y es aquí donde hay algo más interesante que la pregunta por el inicio temporal del sistema, que es esta: ¿quiénes tienen hoy en día, el poder del símbolo? No es tan importante saber quiénes lo tuvieron por primera vez en la historia humana, sino, quiénes lo tienen hoy.
-Y ¿quiénes lo tienen?
Un grupo de aniquilados.
-Hay quienes dicen que los Sufis, se apropiaron del Eneagrama, ¿qué piensa usted de esto?
Que el que formuló esa idea, tiene una mentalidad adquisitiva, de posesión. Aquí nadie posee nada. El que entiende el símbolo, sabe de entrada, que el Eneagrama es una matriz matemático-geométrica del Ser Divino. Y esto no es algo que alguien haya descubierto como se descubre la rotación de la tierra sobre su eje y su traslación en torno al sol. El conocimiento del Eneagrama se origina por donación, no por adquisición. No es mérito de nadie. Por lo menos de ningún humano. El Eneagrama habla de la configuración divina del ser humano. Transmite, enseña, revela, que el ser humano en sí mismo, carece de esencia. Que la tiene por cesión. Como la luna que tiene luz, pero esa luz no se origina en sí misma. La luna refleja la luz del sol, no tiene luz propia.
Allah diseña al ser humano y le revela el plano de su estructura. Y el que tiene mentalidad adquisitiva, el que está en estado de carencia, pretende apropiarse de ese saber, sin considerar mínimamente, la fuente de la cual proviene ese conocimiento. Dios le dice al ser humano: Tú eres como Yo y Yo, simbólicamente, puedo ser pensado así –como un Eneagrama-.
-Pero el hecho de que usted lo llame “Eneagrama Sufi”, por ejemplo, ¿no sería una señal de apropiación?.
A ver, dime una cosa: si te digo “Filosofía Griega” ¿qué piensas, o en quién piensas?
-En Sócrates.
Bien, piensas en Sócrates, pero no piensas que la expresión Filosofía Griega es un recurso de los griegos para apropiarse de toda la filosofía, ¿verdad?. Porque también está la Filosofía Existencialista o la Filosofía Tomista o Estructuralista. Y aquí es igual. Eneagrama Sufi es el modo en que los Sufis enseñan y entienden el Eneagrama. Ni más ni menos que eso. Por eso te decía que la idea de que los Sufis se apropiaron del Eneagrama, revela una mente tomada por la avidez y ambición de poseer.
-¿Cuál es la esencia de su camino?
El Sufismo consiste en aprender a tomar las cargas de los otros. El núcleo central del Camino Sufi pasa por seguir la vía del sacrificio. El ser humano tiene una responsabilidad de género, de raza. Si alguien sufre y no me importa estoy anestesiado, insensible o dormido. Y hoy por hoy cada uno hace su vida sin que el otro cuente. Y esto no es inocuo. El egoísmo humano se paga caro, cuesta vidas, se paga con enfermedad, con sufrimiento. Por eso si mucha gente vive desaforada, consume o  se sobrexcita, toda la raza corre peligro y debe haber alguien que compense y contrarrestre con influencias superiores, lo que la masa general está instalando aquí, del mundo inferior. El Sufi es el que paga la factura del egoísmo humano. Los que quieran ir por la vía del camino sensual, que salgan a la calle que ahí está todo disponible. Los que quieran compartir la carga de aligerar el peso que llevan los seres humanos responsables, bienvenidos a este camino.
-¿Y el placer?
El placer sensual debilita, pero el placer espiritual da fuerza. El tema es que el placer espiritual surge, cuando la ilusión disminuye. Ali (r.a.a,) decía: Cuando la pasión declina, aumenta al poder. Naturalmente que hay que lograr un equilibrio. Tenemos un cuerpo, es decir, tenemos pasiones físicas y también necesidades de relación, todo relativo a un mismo nivel, que es la tierra. Pero dentro hay un dispositivo de otra dimensión que llama al ser humano a ir más allá de sí mismo, fuera de los límites de la tierra.
-¿Pero cómo hacerlo?
El ego cambia bajo presión. Pero hay una presión para llevar al ego a un resultado, para la conquista de la imagen, el poder o el dinero, y hay una presión para la transformación interior, orientada al desarrollo del ser, que pasa por ir más allá, trascender, desapegarse o disolver el deseo de ser alguien, de tener o dominar. Pero lo que hay que tener claro es que sin presión es imposible el proceso de ego-reducción, porque el ego se basa en una dinámica mortecina de la mente, tiende a despojar de vida la conciencia interna, busca llevar todo proceso psicológico al grado cero de realidad.
-Y ¿de dónde viene la fuerza para el cambio?
Del poder de la conciencia interior, del imperativo del deber. Hay un nervio divino que atraviesa el interior del hombre con la fuerza del instinto. Ese nervio conduce una potencia que le indica al ser humano que ir más allá de ciertos límites no sólo daña su naturaleza humana, sino que profana la Presencia Sagrada que está oculta –protegida- detrás de la mente. Y eso es lo que hay que obedecer. Ser fiel a uno mismo es seguir los dictados de la Conciencia Imperativa que se revela ante la profanación del Espíritu.
Video Karim Baudino



Hajjah Hamidah

Hajjah-HAMIDAH
 ENTREVISTA A HAJJAH HAMIDAH EN CHINA
Que es el Eneagrama?   
El Eneagrama es un símbolo sagrado ya que muestra la interacción de tres leyes divinas fundamentales. Estas leyes son sagradas porque son las formas en las que la Divinidad actúa en este mundo, en esta creación; y fundamentales, porque nada escapa a su poder e influencia.
La ley del 1, la ley de la Unidad, está representada por el círculo y muestra que todo lo creado esta en unidad consigo mismo y con todo lo que existe. Unidad Divina, Voluntad Divina. Esta ley habla de nuestra Identidad.
La ley de 3, la ley de la Creación, está representada por el triángulo y muestra que para que algo sea creado, se necesitan tres fuerzas que se encuentren en un punto. Esta ley habla acerca de nuestro Origen.
La ley de 7, ley del Orden de Manifestación, está representada por el hexáda y muestra que la manifestación de toda creación o proceso pasa a través de siete pasos con 2 intervalos o puntos de interrupción. Esta ley habla de nuestro Destino.
Ouspensky dijo: “Todo puede ser incluido y leído en el eneagrama. Un hombre puede estar completamente solo en el desierto y puede trazar el eneagrama en la arena y en el leer las leyes eternas del universo. Y cada vez el puede aprender algo nuevo, algo que no sabía antes. “
¿Cómo podemos utilizar el Eneagrama para nuestro crecimiento personal?
Como el eneagrama es una antigua herramienta de conocimiento, puede ser utilizada para comprender el cosmos. El hombre es un cosmos en sí mismo, un universo dentro de un universo.
Nuestro crecimiento personal está conectado con el conocimiento de nosotros mismos. Debemos aprender que el olvido de si (punto 9) nos llevó al engaño (punto 3). Cuando perdimos contacto con lo real en nosotros, una identidad falsa tomo lugar. Como no pudimos encontrar nuestro ser, aprendimos a fingir y a imitar ser. Nos llenamos de imágenes, y luego el miedo apareció (punto 6). Miedo a reconocer nuestro engaño, a reconocernos vacíos, a perder aquello que creemos tener, porque aunque no encontremos nada de valor allí, seguimos aferrándonos. Aferrándonos a nuestros sufrimientos, miserias e insatisfacciones cotidianas. Así que primero tenemos que conocer las máscaras que ocultan nuestra Realidad, nuestra Identidad.
El Eneagrama nos muestra que sólo hay 9 tipos básicos de egos, 9 prisiones para los seres humanos según 9 distorsiones básicas del funcionamiento emocional y mental. Estas son las pasiones y fijaciones respectivamente. Estas surgieron como una respuesta compensatoria frente a la pérdida de conexión con una energía superior. Esta “energía neutralizante” venida de lo Alto, que se llama Idea Santa, sólo puede alcanzarse mediante el despertar de nuestra conciencia.
Así que trabajar con el Eneagrama llevará a los estudiantes a ponerse en contacto con su mundo interno de oscuridades y luces. No podemos crecer si no conocemos ambos lados, nuestras falsas imágenes y nuestro Ser Real.
Que es único en sus seminarios de Eneagrama en contraste con otros profesores de Eneagrama?
La diferencia es el enfoque. En los seminarios se trabaja con el Eneagrama desde el punto de vista psicológico y espiritual. El trabajo psicológico nos muestra el comportamiento ego, en todos los niveles, intelectual, emocional e instintivo/motriz; y el trabajo espiritual despliega un conocimiento superior que nos permite liberarnos de la prisión en la que estamos esclavizados. El conocimiento espiritual nos muestra las llaves para abrir nuestras celdas.
Cuando el nivel espiritual (representado por el triángulo en el Eneagrama), toca el nivel psicológico, la Luz penetra y la transformación ocurre.
¿A que personas estan dirigido sus seminarios?
La humanidad en toda su extensión. Todos tenemos un corazón, y todo corazón esta anhelando regresar al hogar. Somos seres espirituales viviendo una vida física. Si un corazón es tocado por lo Divino, el anhelo se despierta. Así que todo el que quiera conocer la Verdad acerca de sí mismo y de esta existencia, que quiera volver a conectar con su Ser Real es bienvenido.
¿Cuáles serían los beneficios?
El conocimiento del Eneagrama les dará a los estudiantes un conocimiento profundo de sí mismos, de su ego y esencia. Y el contacto con una energía espiritual y superior, creará una apertura en los alumnos que les permitirá no sólo verse a sí mismos de una manera nueva, pero también atraerá un cambio interior.
¿Cuáles son las diferencias entre el seminario de nivel 1 y nivel 2?
La diferencia entre los dos niveles se observa no sólo por los diferentes temas, sino también por la profundidad del conocimiento que se da. Los temas del Nivel 1 muestran los fundamentos de nuestra estructura psicológica, y la salida de nuestros patrones de comportamiento a través del Eneagrama Sufi. Trabajamos principalmente con los 9 tipos psicológicos. En el nivel 2, profundizamos en el estudio de nuestro comportamiento psicológico, como si lo observaramos con un microscopio. Y enseñamos el Eneagrama de las estaciones del alma (maqam ul nafs), que es un mapa que muestra los estados del ser a través del camino espiritual. Un mapa que les mostrará claramente a los estudiantes donde estan ahora, y la forma de acceder a la siguiente estación espiritual.
¿Puede decirnos más acerca de usted, su proceso en el Sufismo y con el Eneagrama? ¿Quiénes fueron tus referentes?
Mi primer contacto con el Eneagrama fue hace 30 años en una escuela de Cuarto Camino, siguiendo las enseñanzas de Gurdjieff, donde yo estaba haciendo un trabajo psicológico transpersonal. He trabajado con el Eneagrama desde entonces, haciendo disponible este conocimiento para la gente.
He estado en el sufismo desde hace 28 años siguiendo las enseñanzas de Mawlana Sheikh Nazim, Maestro espiritual de la Orden Sufi Naqshbandi. Su maestro, Mawlana Grandsheikh Allah ad-Daghestani, le transmitió la sabiduría del Eneagrama y sus leyes a George Gurdjieff, quien fue el primero que trajo este conocimiento a los países occidentales.
He recibido el conocimiento de las dos alas, la psicológica y la espiritual, que me dieron la completa dimensión de este símbolo poderoso, el Eneagrama Sufi.


Acerca de los Nafs
Sheikh Muzzafer Ozak (ra)

gentileza de la Sheikha Amina Teslima al-Jerrahi

El yo inferior y el alma divina
¡Oh buscador de la Verdad y la Realidad, deseoso de encontrar la aprobación divina, amante que aspiras a la belleza eterna de la Verdad de Dios!
 
 
Debes saber sin lugar a duda que en el cuerpo humano se encuentran dos grandes fuerzas. Ambas quisieran declararse regentes y dueñas del reino físico y de todo el ser.
Una de estas fuerzas es el yo inferior, la otra, el alma divina. Satán es asistente del yo inferior, mientras que al alma divina la asiste Dios Todo Misericordioso; quien logra someter al yo inferior y a Satán, es superior a los ángeles.
Y honramos a los hijos de Adán. (C. 17:70)
Una persona en la que el yo inferior y Satán controlan al alma divina y a la razón vivirá en este mundo como un animal, o caerá incluso más bajo que el nivel animal desde el punto de vista del error y la maldad.
Son como ganado, no, aún más desviados. (C.7:79)
Cuando el yo inferior ejerce el control, la razón se convierte en su esclava, hasta que finalmente deja de merecer el nombre de razón. Aquel que comete toda clase de perversidades de las que ni las bestias serían capaces, se aleja de la Verdad, y enfrenta el desastre en este mundo y el tormento en el Más Allá. Si alguien puede lograr reformar su yo inferior, colocándolo bajo el control del alma divina y el intelecto universal, obtendrá la auténtica libertad en este mundo transitorio. Pero si sucede lo contrario, la persona será para siempre esclava del yo inferior.
La fuerza llamada yo inferior tiene siete niveles. Los buscadores de la Verdad que desean transformar su yo inferior para alcanzar el nivel del Ser Humano Perfecto (al-Insan al-Kamil) proceden por medio de :
La Ley Sagrada (shári'a), el camino místico (táriqa), la experiencia real (jáqiqa), la gnósis (márifa), la cardinalidad (qutbíia), la proximidad (qurbíia) y la calidad de siervo (ubudíia).
Sus corazones y mentes alcanzan la paz en este mundo, mientras que en el Más Allá, entran al Paraíso de las Acciones, el Paraíso de los Atributos, y el Paraíso de la Esencia, para ser reyes eternamente y obtener el perdón divino. Para poder alcanzar la bendición eterna y transformar el yo inferior, uno debe mantenerse firme y no soltar la cuerda salvavidas de Al-láh, el sagrado Corán, seguir la conducta ejemplar del Bienamado de la Verdad, el noble Mujámmad Mustafá —Al-láh lo bendiga y le dé paz— y andar el camino de los verdaderos santos que son los siervos amados de Al-láh el Todo Glorioso.
Con la limitada razón que nos ha sido dada, es imposible para nosotros conocer y encontrar al Exaltado Señor. Podemos imaginar que lo hemos encontrado, pero entonces el dios que conocemos es nuestra propia ilusión. Para conocer y encontrar a Al-láh, Exaltado sea, y estar en la Verdad, debemos seguir el sagrado Corán, que es nuestro más preciado regalo de la Verdad Divina; debemos obtener Su aprobación aceptándolo como Él se da a conocer en Su libro sagrado; debemos entrar al Paraíso y contemplar Su belleza.
Los caminos de Al-láh son tan numerosos como las respiraciones de todas Sus creaturas. Sin embargo, no es posible alcanzar la unión con Al-láh, Exaltado sea, sin pasar por la puerta de Mujámmad, Su Bienamado, y beber el vino del amor de la mano del Amigo Íntimo de Al-láh.
¡Oh buscador de la Verdad! Hemos dicho que el yo inferior tiene siete niveles, ahora vamos a explicarlos para que quien busca la Verdad pueda evaluar su nivel de logro, y con este entendimiento, evite el ser rebajado en el mundo eterno, y alejarse de la Verdad.

Los siete grados del yo
• El yo dominante (al-nafs al-ammara): Caracteriza a los incrédulos y disolutos.
• El yo censor (al-nafs al-lawwama): Caracteriza a los que no se arrepienten.
• El yo inspirador (al-nafs al-muljhima): Caracteriza a los estudiosos.
• El yo tranquilo (al-nafs al-mutmainna): Caracteriza a aquellos que practican sinceramente lo que saben.
• El yo contento (al-nafs al-radiyya): Caracteriza a los Amigos de Al-láh.
• El yo complaciente (al-nafs al-mardiyya): Caracteriza a los Íntimos de Al-láh.
• El yo puro (al-nafs al-safiyya): El yo o estación de los nobles Profetas y reverenciados Mensajeros.

EL YO DOMINADOR
Wa-ma ubarriu nafsi inna-n-nafsa la-ammaratun bi-s-sui.
Y no estoy libre de culpa ciertamente el alma se inclina al mal. (C.12:53)

El yo dominador se empeña en alejarnos de lo bueno, y de realizar la Verdad. Mientras estamos bajo su control, nos desvía constantemente hacia la negatividad, haciéndonos errar. Conduce el corazón y el alma de su víctima a la más degradante disipasión. El yo dominador es el yo natural de los no creyentes, tiranos, hipócritas, y descarriados de todo tipo. Es el yo de la negatividad, y de quienes cometen las siguientes transgresiones:
• Sostener que Al-láh no es el único Dios, que existen dioses aparte de Al-láh (shirk).
• Negarse a reconocer y aceptar la religión del Islám (kufr).
• Ignorar a Al-láh el Altísimo.
• No prestar atención a Al-láh, Su Mensajero, Su Libro, los ángeles, la muerte, la tumba, el Más Allá, la Resurrección, la Balanza, el Recuento, el Paraíso y el Infierno. No temer al castigo ni a la recompensa; imaginar que las ganancias mundanas pueden durar para siempre (qafla).
• Persistir en la perpetración irrestricta de errores mayores, como el asesinato, el consumo de alcohol, actividades sexuales ilícitas, la explotación de los huérfanos, dar falso testimonio o extender rumores maliciosos.
• Ser arrogante y tener una actitud condescendiente hacia la demás gente; negarse a aceptar lo que otros dicen aun cuando sea verdad.
• Ser avaro, codicioso e insaciable.
• Ser miserable y mezquino, sin dar nada a uno mismo ni a los demás.
• Entregarse al libertinaje, sin detenerse ante nada para satisfacer los apetitos carnales, sin respetar el honor ni la virtud.
• Ser propenso al enojo, con o sin causa.
• Ser envidioso, deseando ver a otros privados de su buena fortuna.
• Guardar rencor, conservando sentimientos de malicia, pesar o deseo de venganza.

Quienes transgreden en tales formas, aun si se adhieren al Islám externamente, su destino es el Infierno. En el niver del yo dominador, son igual que los no creyentes. Si declaran lícita cualquiera de las transgresiones que hemos mencionado, se apartan de la religión del Islám. Pero si reconocen sus errores, siguen siendo musulmanes, aunque impíos. Hay que temer el fin de tal gente. Se distinguen de los incrédulos en un solo punto, en que profesan la Unidad Divina.
Quien comete dichas transgresiones desagradables para Al-láh y Su Mensajero, que los Amigos de Dios detestan, y han sido declaradas ilícitas por unanimidad entre los hombres de conocimiento, y considerados horribles por los ángeles y amantes de la Verdad, pertenece a la estación del yo dominador. Si se arrepienten y llevan a cabo acciones positivas, si son firmes, sinceros y constantes en su arrepentimiento, entonces Al-láh el Altísimo los libera de la conducta transgresora. En verdad, la continua Afirmación de la Unidad es el único remedio, curación y salvación de la aflicción del yo dominador. Lá ilájha il-Al-láh, No hay otro Dios más que Al-láh.
Esta afirmación, acompañada de la súplica contrita y doliente del perdón de Dios, traerá la salvación en un breve lapso de tiempo.

EL YO CENSOR
Wa-la uqsimu bi-n-nafsi-l-lawwamah.
Y llamo para que sea testigo al espíritu de autoreproche (evita el mal). (C.75:2)

El yo censor es en ocasiones iluminado espiritualmente. Puede ser obediente a Al-láh, el Mensajero, el Libro y la fuerza del alma divina. Puede rebelarse a veces, pero después lo lamenta. Entonces se pregunta a sí mismo, reprochándose, "¿Por qué abandoné mi arrepentimiento y desobedecí a mi Señor?" Este yo es inherente a aquellos creyentes que experimentan un sentimiento de culpa cuando yerran, y que se reprochan sus caídas.
Éstos son los nueve atributos del yo censor:

• Orgullo santurrón: una actitud condescendiente y farisaica.
• Disipación: una actitud flagrantemente indebida.
• Ignorancia: poco conocimiento de la Verdad.
• Somnolencia: una tendencia a dormir demasiado.
• Glotonería: comer y beber en exceso.
• Avaricia: deseo de poseer cualquier cosa en se posa su ávido ojo.
• Falta de caridad: una conducta cruel y despiadada hacia sus semejantes.
• Fatuidad: amor extravagante por las ropas.
• Pláticas ociosas: tendencia a pasar el tiempo en conversaciones frívolas.

Para librarse en estos nueve vicios, es necesario arrepentirse y ejercitar el autocontrol. Si se falla en hacer esto, esta vida sólo puede resultar en llanto inútil y en lamentaciones en el Más Allá.
Según algunos santos, los cuatro atributos del yo censor son: la insentatez, el disimulo, el orgullo santurrón y el libertinaje. Consideran que este yo es muy cercano al yo dominador e igualmente peligroso para nuestro bienestar espiritual.
Para quienes aflige el yo censor el remedio es el nombre de la Majestad: Al-láh.
Por lo tanto, la repetición del nombre divino Al-láh será su práctica y lo recordarán sin cesar.

EL YO INSPIRADOR
Fa-alhamaha fururaha wa-taqwaha.
Y Él le imprimió al yo un sentido del error y la piedad. (C.1:9)

El yo inspirador tiene un carácter bendito porque la Verdad Divina concede el conocimiento a aquellos que lo alcanzan. Este yo es inherente a los estudiosos entre los creyentes. Son ocho las propiedades del yo inspirador:
• Conociemiento
• Humildad
• Arrepentimiento
• Paciencia
• Gratitud
• Generosidad
• Contentamiento; y
• Fortaleza (perseverancia ante las adversidades).

Cuando una persona combina todas estas cualidades, el Señor empapa su corazón en el conocimiento, enseñándole cosas que nunca conoció. Quien ha alcanzado esta etapa debe luchar para trascenderla, de lo contrario será culpable de insinceridad al fallar en actua sobre el conocimiento que se ha recibido. ¡Oh Señor, concédeme el actuar con base en la sinceridad!
La invocación asociada con el yo inspirador es el pronombre divino Jhú: Ia Jhú ¡Oh Esencia!

EL YO TRANQUILO
Quienes alcanzan este nivel son librados de su naturaleza inferior y se convierten en creaturas favorecidas, destinadas al Paraíso. Por eso, bendita sea la cualidad de este yo que por la buena gracia de Al-láh, el Exaltado, el corazón es colmado de luz divina. Su dueño olvida todos los atributos que desagradan a Dios y comienza a poseer un carácter digno de ser alabado. El yo tranquilo es inherente a los creyentes estudiosos que practican lo que saben con absoluta sinceridad.
Estos son los siete atributos de quienes alcanzan este yo:

• Acción basada en la sinceridad
• Completa confianza en el Señor
• Alegría pura
• Austeridades
• Adoración
• Gratitud; y
• Contento

Con la graciosa ayuda de Al-láh el Todopoderoso, aun este nivel puede ser trascendido. La clave reside en la inquebrantable sinceridad en todas las acciones.
Uno puede ser clavado al más alto nivel del yo contento por la invocación constante del nombre divino de la Verdad: Jhaq.

EL YO CONTENTO
Irji ila rabbiki radiyatan
Regresa a tu Señor, contento. (C. 89:28)

Al-láh el Todo Glorioso se complace en aquellos que alcanzan el nivel del yo contento, inherente a Sus Amigos Íntimos, los santos. Estas siete cualidades se manifiestan en los Santos de Al-láh que alcanzan el estadio del yo contento:
• Sinceridad
• Renunciación
• Remembranza
• Abstinencia
• Restricción
• Poderes milagrosos; y
• Austeridad.

El noble nombre que se invoca en esta estación es Jhai: El Viviente. No es posible llegar a esta estación por el propio esfuerzo, sino tan sólo por el agraciado favor de la Verdad Divina.
EL YO COMPLACIENTE
Irji ila rabbiki radiyatan mardiya.
Retorna a tu Señor complacido, complaciente con Él. (89:28)

En el sexto nivel, el yo no sólo está contento con Al-láh sino que también Lo complace a Él. ¿Puede imaginarse el noble valor que un siervo posee ante Al-láh, cuando la Verdad y su siervo se agradan mutuamente? Quienes alcanzan este grado se convierten en íntimos amigos de Al-láh y tienen acceso a los secretos divinos.
Los seis atributos del yo complaciente:

• Renunciación a todo salvo a Al-láh
• Amor hacia las creaturas de Al-láh
• Cercanía con Al-láh
• Contemplación de la obra de Al-láh
• Contentamiento con el destino asignado por Al-láh; y
• Conocimiento íntimo y verdadero de Al-láh el Exaltado, como Él merece ser conocido.

Con la ayuda de Al-láh, aquellos que tienen estas seis cualidades realmente perfeccionadas pueden elevarse al nivel del yo puro, en donde comulgan con la Verdad en cada respiración, y obtienen acceso a la presencia misma de Al-láh. ¡Oh Señor, por Tu generosidad y gracia, llévanos también a esta estación en honor de Tu glorioso nombre y en honor de Tu Profeta!
El nombre invocado en este nivel es Ia Qaiúm: ¡Oh Autosuficiente!

EL YO PURO
El séptimo nivel se llama también el yo perfecto o el yo justo. El yo puro es un nivel tan exaltado que aunque la Verdad no está confinada al espacio, se dice que es "la Estación del Misterio entre la Esencia y el siervo". La naturaleza y el carácter de esta estación son tan profundamente secretos que sería trivial tratar de describirlo. Quien no ls experimente no puede conocerla, y los que la han experimentado no pueden decirlo, porque es la estación de "Dos arcos de distancia", la estación de los santos Profetas y Mensajeros.
Las seis propiedades del yo puro son:

• Unicidad Divina
• Esencia
• Alabanza
• Cualidades Divinas
• Consumación; y
• Deleite Supremo.

¡Oh Al-láh, concédenos que podamos experimentar los misterios de esta estación! Amén, en honor de la sangre de Juseín.
El nombre invocado por el alma pura es el noble nombre de Qahhar: El Triunfante.

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