Tres Tríadas
El Eneagrama en forma similar a estas tres definiciones del cerebro trino, parte su camino distinguiendo tres personalidades básicas, según el área del cerebro que la persona utilizaría con mayor espontaneidad. Cada una de estas personalidades constituye el centro de lo que se llaman Tríadas del instinto, del sentimiento y pensamiento.
Las tríadas son importantes para el trabajo de transformación porque especifican dónde
está nuestro principal desequilibrio; representan los tres principales grupos de
problemas y defensas del ego, y revelan las principales maneras en que contraemos
nuestra percepción y nos limitamos. (La Sabiduría del Eneagrama, Cap.V, Riso-Hudson)
Los tres Centros de Inteligencia: Cabeza, Corazón y Cuerpo
Los nueve tipos del Eneagrama se agrupan en tres grupos de tres, correspondientes a los tres Centros de Inteligencia, a través del cual se procesa la información (cabeza, corazón y cuerpo) y las tres emociones básicas (miedo, pena /vergüenza y enojo). En Occidente, la cabeza se considera comúnmente el único Centro de Inteligencia, pero el Eneagrama pone de relieve la importancia de las emociones y el cuerpo como centros igualmente importantes de la actividad y la interacción con el mundo exterior.
De acuerdo con el sistema del Eneagrama, cada uno de los nueve tipos se ve limitado por un desequilibrio en alguno de los tres Centros de Inteligencia. La facultad humana principalmente involucrada con el Centro de la cabeza es el pensamiento, la facultad principalmente involucrada con el Centro Emocional es sentimiento, y la facultad principalmente involucrada en el Centro del cuerpo es la voluntad. Cada uno de los tipos de cabeza tiene un tipo diferente de desequilibrio que involucra el pensar, cada uno de los tipos de corazón tiene un tipo diferente de desequilibrio que involucra el sentir, y cada uno de los tipos del cuerpo tiene un tipo diferente de desequilibrio que involucra la voluntad.
Los tres Centros de inteligencia también se corresponden con tres emociones básicas que influyen en el carácter de los tipos. Los tipos de cabeza (5, 6 y 7) son también los tipos del miedo y su estilo de personalidad está determinado por su relación con el miedo. Los tipos de corazón (2, 3, y 4) son también los tipos del dolor o tristeza y su estilo de personalidad esta fundamentalmente determinada por su relación con la pena y la vergüenza. Los tipos del cuerpo (8, 9, y 1) son los tipos del enojo y su personalidad está fundamentalmente determinada por su relación con el enojo. Los tipos en el triángulo interior (3, 6, 9) también se llaman los puntos principales de cada centro de la tríada de tipos. Así, el tipo 3 es el núcleo de los tipos del Centro del Corazón, el tipo 6 es el núcleo de los tipos Centro de la Cabeza y el tipo 9 es el núcleo de los tipos del Centro del Cuerpo.
El cerebro humano está constituido por los tres cerebros ya descritos, y nuestro quehacer y reaccionar está influenciado por todos ellos, pero pareciera que para manifestarnos en nuestra experiencia de ser, nuestra psiquis escoge uno de ellos como impulsor de nuestra personalidad. Así, existen personas que funcionan motivadas por el cerebro reptiliano, es decir, desde su centro instintivo; otras por el cerebro límbico, es decir, desde su centro emocional, y un tercer grupo por el neocórtex cerebral, es decir, desde su centro intelectual.
Según el área del cerebro que utilicemos como timón de nuestra personalidad, podemos distinguir tres personalidad básicas simbolizadas en los tres vértices del triángulo central del Eneagrama que contiene los Eneatipos 3, 9 y 6, estas personalidades primarias o básicas generan por combinación con los otros vértices del triangulo el resto de las personalidades del Eneagrama y representan los tres centros de las tres Tríadas, descritos a continuación:
Tríada del Instinto
Corresponde a personas de carácter visceral, que reaccionan instintivamente desde su cerebro reptiliano. La pasión o impulso básico de reacción de estas personas es la Ira. En el centro de esta Tríada tenemos al Eneatipo 9 y a sus costados los Eneatipos 8 y 1. Lo instintos más básicos de supervivencia se relacionan con el hacer. Estas personalidades suelen estar focalizadas en el presente, que es donde los instintos nos dicen qué hacer para conseguir la supervivencia.
Las personas que reaccionan fundamentalmente desde su cerebro reptiliano, lo hacen impulsadas por la Ira, entendida como la respuesta visceral natural ante la amenaza que afecta la supervivencia, la defensa territorial o de grupo. Nuestro cerebro nos pone alerta tanto física como emocional y mentalmente para defendernos ante una amenaza, despertando dentro de nosotros el sentimiento de ira, la cual nos puede invitar a la defensa (contraataque) o huida como mecanismo de supervivencia. Al ir el ser humano dominando la naturaleza y disminuyendo de esta forma la urgencia de la supervivencia, el origen de estas amenazas se descontextualiza, de esta forma la Ira comienza principalmente a manifestarse como reacción de otro tipo de amenazas más subjetivas, mentales e imaginadas, pero no por ello de menos intensas.
De esta forma, si nos sentimos amenazados cuando, por ejemplo, alguien piensa diferente a nosotros, entonces nuestro sistema fisiológico puede llegar a reaccionar de igual forma que lo hacían en la prehistoria nuestros antepasados, ante la amenaza de un oso en la entrada de su cueva. Nuestro organismo reacciona ante alguien que piensa diferente de nosotros secretando adrenalina y otras sustancias, que literalmente nos envenenan y nos obligan a defendernos o contraatacar, como si en ello se nos fuese la vida.
La ira en sí misma no es ni buena ni mala, es simplemente la reacción natural ante una amenaza, lo que hagamos con esa ira es lo que en realidad consideraremos como deseable o indeseable, para el modelo de conducta que hayamos definido como aceptable para nosotros.
Los reptilianos son personas poco afines al cambio, prefieren el terreno seguro y conocido, poco amantes de la aventura, se acomodan a la rutina.
La Tríada del instinto está formada por los tipos ocho, nueve y uno. La pasión básica es la ira. Intentan usar su voluntad para influir en el mundo. Temen ser dominados o explotados. Se vuelcan a la acción y se orientan al presente.
La Ira puede seguir tres direcciones:
– Hacia afuera, en el caso del ocho, ellos expresan su ira.
– Hacia adentro, en el caso del uno, ellos reprimen su ira.
– Hacia adentro y hacia afuera, en el caso del nueve, ellos niegan su ira y la expresan mediante la acción evasiva.
Tríada del Sentimiento
Corresponde a personas de carácter emocional que reaccionan desde el sentimiento, que corresponde al cerebro límbico y cuya pasión o impulso básico es la imagen propia, entendiendo por imagen la construcción emocional que hacemos de nuestra personalidad, con el fin de sentirnos dignos de ser amados. En el centro de esta Tríada tenemos al Eneatipo 3 y a sus costados los Eneatipos 2 y 4. Estas personalidades están impulsadas por el sentir emotivo, y suelen estar más en el pasado que en el presente, que es donde evalúan el resultado de sus esfuerzos por ser amados.
Detrás de su falsa imagen propia construida para los demás, ocultan mucha vergüenza. Ellos han perdido el contacto con su verdadera naturaleza emocional, no se sienten amados ni dignos de ser amados. Creen que tienen que hacerse valer para que los quieran, por lo que dependen del apoyo y la aprobación de los demás.
Más afines al cambio que las personas cuyo Eneatipo pertenece a la Tríada del instinto, los Eneatipos que pertenecen a la Tríada de las emociones basan sus acciones y pensamientos en sus sentimientos, le dan mucha importancia a las relaciones y buscan desesperadamente sentirse amados.
La vergüenza es un sentimiento de falta de valía y pueden solucionarla de tres formas:
– Hacia afuera: en el caso del Eneatipo dos, que busca el amor de los demás adulando.
– Hacia adentro: en el caso del Eneatipo cuatro, que se repliega a su mundo interior, intentando reafirmar su valía a través de sentirse único y especial.
– Hacia adentro y hacia afuera: en el caso del Eneatipo tres, que busca su valor interior mediante logros externos.
Tríada del Pensamiento
Corresponde a personas de carácter intelectual que reaccionan desde el pensamiento, que corresponde al cerebro neocórtex y cuya pasión o impulso básico es el miedo, entendido por miedo como el temor a no contar con los recursos necesarios para enfrentar la existencia. En el centro de esta Tríada tenemos al Eneatipo 6 y a sus costados los Eneatipos 5 y 7. Estas personalidades están impulsadas por el pensar y suelen estar más en el futuro que en el presente, anticipando nuevos y posibles escenarios.
La forma en que manejan su miedo puede tener tres direcciones:
– Hacia afuera, en el caso del siete, en apariencia valientes aventureros parecen no tenerle miedo a nada, pero en realidad le temen a su vacio interior.
– Hacia adentro, en el caso del cinco, tienen mucho miedo del mundo exterior, por lo que se retiran y se aíslan del mundo.
– Hacia adentro y hacia afuera: en el caso del seis, ellos le tiene miedo al miedo. Para encontrar seguridad interior, necesitan de un mundo externo que le de las pautas o las normas a seguir.
Relación entre sentir, pensar y hacer
Es interesante aquí poder ver como los centros de inteligencia se ordenan y priorizan respecto del centro principal. Podríamos decir que cada eneatipo "usa" un cerebro primario, y los otros dos se subalternan dependiendo en que lugar de la triada se ubiquen.
Eneatipo 8
Yo Hago y Pienso, pero Siento poco, pertenecientes a la Tríada del instinto, inclinadas hacia el centro del pensamiento, niegan el centro de las emociones. Las personas que pertenecen a este Eneatipo, son personas que actúan según su mente le señala, pero suelen estar desconectadas de sus sentimientos.
Eneatipo 9
Yo Hago, pero Pienso y Siento poco, centro de la Tríada del instinto, las personas que pertenecen a este Eneatipo son personas que primero actúan. Sus acciones y reacciones suelen estar desconectadas de sus pensamientos y sentimientos.
Eneatipo 1
Yo Hago y Siento, pero Pienso poco, pertenecientes a la Tríada del instinto, inclinadas hacia el centro del sentimiento, niegan el centro del pensamiento. Las personas que pertenecen a este Eneatipo son personas que valorizan emocionalmente sus acciones y reacciones, pero suelen estar desconectadas de sus pensamientos.
Eneatipo 2
Yo Siento y Hago, pero Pienso poco, pertenecientes a la Tríada del sentimiento, inclinadas hacia el centro del instinto, niegan el centro del pensamiento. Las personas que pertenecen a este Eneatipo son personas que actúan según les dictan sus sentimientos, pero suelen estar desconectadas de sus pensamientos.
Eneatipo 3
Yo Siento, pero Hago y Pienso poco, centro de la Tríada del sentimiento, las personas que pertenecen a este Eneatipo son personas que siguen sus emociones, las cuales gobiernan su hacer y pensar.
Eneatipo 4
Yo Siento y Pienso, pero Hago poco, pertenecientes a la Tríada del sentimiento, inclinadas hacia el centro del pensamiento, niegan el centro del instinto. Las personas que pertenecen a este Eneatipo son personas que sienten y piensan mucho, pero les cuesta llevar al plano concreto sus emociones.
Eneatipo 5
Yo Pienso y Siento, pero Hago poco, pertenecientes a la Tríada del pensamiento, inclinadas hacia el centro del sentimiento, niegan el centro del instinto. Las personas que pertenecen a este Eneatipo son personas muy mentales y emotivas, pero les cuesta llegar al plano concreto sus pensamientos.
Eneatipo 6
Yo Pienso, pero Hago y Siento poco, centro de la Tríada del pensamiento, las personas que pertenecen a este Eneatipo son personas muy mentales, sus pensamientos gobiernan su hacer y sentir.
Eneatipo 7
Yo Pienso y Hago, pero Siento poco, pertenecientes a la Tríada del pensamiento, inclinadas hacia el centro del instinto, niegan el centro del sentimiento. Las personas que pertenecen a este Eneatipo son personas muy mentales y activas, pero les cuesta conectarse con sus emociones.
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